viernes, 30 de noviembre de 2007

Por Ávila la fresca

Antes de que llegue el finde y de que se nos olvide, vamos con la croniquilla de nuestra visita anual por las gélidas tierras abulenses:















Creo que la secuencia es sencilla: Llegada y diréctamente a pinchar. Pincha que te pincha (que buenas tapas). Rebusqueda de cintas de gasolinera y volver a pinchar. Paseo por la ciudad para empaparnos de sus piedras tan bien colocadas que la hacen Patrimonio de la Humanidad. Luego nos fuimos a un pueblo en el que también soplaba una rasca... y nos volvimos ya de noche para seguir pinchando y pinchando y enterarnos que el Pucela perdió con el Atletico, pues vaya.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Una gozada de día sin duda.
Lastima el desencanto final futbolero.
Pero es que tenia su coña. Cada vez que entrábamos al coche el Pucela había metido su golito, para acto seguido darnos en los morros los colchoneros.
Que cosas.
El regreso fue muy dicharachero.

1 de diciembre de 2007, 11:57  

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